domingo, 15 de febrero de 2015

Los valores en el servicio al envejeciente


El servicio al envejeciente es uno que enriquece al servido y al que presta el servicio. La biblia nos dice que "en los ancianos esta la ciencia y en la larga edad la inteligencia". Job 12:12. De acuerdo a nuestro Dios, debemos valorar a nuestros envejecientes por su sabiduría, experiencia y conocimiento. Durante mi servicio al Hogar Plenitud Dorada, demostré el valor del amor al prójimo pues los traté como  si fueran parte de mi familia. La compasión  y la misericordia estuvieron  presentes porque me  identifiqué con su situación, me puse en el lugar de ellos. Fui generoso porque el servicio fue gratuito sin esperar nada  a cambio que no fuera  lograr que sus vidas tuvieran alegría y bienestar. Respete a cada envejeciente  y no los vi  como seres que  ya no tienen nada que aportar, como injustamente los ven algunas personas  inconcientes de nuestra sociedad.   Los hice sentir importantes y valorados. Fui tolerante y paciente con ellos.  Los escuche y satisfice sus necesidades hasta donde me fue permitido. Ayudé a que recibieran su alimento. Todos fueron tratados con amor  y consideración. Los hice sentir importantes cuando muchos de ellos ni siquiera son visitados por sus familiares.


      También fui humilde al dedicarme a tareas como botar la basura. La humildad yo la demostré de otra forma  al no corregirlos  y aceptar la conducta de los ancianos si decían algo incorrecto o se comportaban incorrectamente especialmente aquellos que tienen Alzheimer. Obedecí la palabra de Dios cuando nos dice que "Así mismo jóvenes, sométanse a los ancianos. Revístanse todos de humildad en su trato mutuo porque Dios se opone a los orgullosos pero da gracia a los humildes." 1 Pedro 5:5.

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