Durante
mi servicio a mi colegio, al asistir a Mr. Víctor en las clínicas de
baloncesto, cultivé el amor al prójimo al ayudar a que los estudiantes
aprendieran las destrezas y tratarlos como mis hermanos. Tuve tolerancia
cuando estos hacían las cosas mal y tenía que corregirlos. Los respeté
y fui respetado por todos ellos. Fui solidario con su interés de aprender y
recibir la mejor asistencia posible. Fui generoso al compartir mis
conocimientos sobre baloncesto. Les ayudé a todos por igual y no traté
con preferencia a aquellos estudiantes que conocía y considero mis amigos. Cumplí
con mi responsabilidad y me quedaba después de terminado el curso a pesar
de tener tareas escolares pendientes porque quería dejar la cancha lista para
el día siguiente. Fui leal a mi colegio al prestar este servicio comunitario a
mi Alma Mater.
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